Misión Permanente en Paraguay: Evangelizar la Familia- AÑO DE LA FE

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miércoles, 10 de octubre de 2012

Jueves de la Vigesimoséptima Semana 11 de octubre


Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 11, 5-13


Jesús dijo a sus discípulos:

«Supongamos que alguno de ustedes tiene un amigo y recurre a él a medianoche, para decirle: "Amigo, préstame tres panes, porque uno de mis amigos llegó de viaje y no tengo nada que ofrecerle", y desde adentro él le responde: "No me fastidies; ahora la puerta está cerrada, y mis hijos y yo estamos acostados. No puedo levantarme para dártelos."

Yo les aseguro que aunque él no se levante para dárselos por ser su amigo, se levantará al menos a causa de su insistencia y le dará todo lo necesario. También les aseguro: pidan y se les dará, busquen y encontrarán, llamen y se les abrirá. Porque el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre.

¿Hay entre ustedes algún padre que da a su hijo una piedra cuando le pide pan? ¿Y si le pide un pescado, le dará en su lugar una serpiente? ¿Y si le pide un huevo, le dará un escorpión?

Si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a aquellos que se lo pidan!»

Palabra del Señor!!!

Meditación

En el evangelio de ayer Jesús nos enseño el Padre Nuestro. En el texto de S. Lucas, hoy nos habla de la necesidad de una oración perseverante, una deficiencia muy común en nuestra práctica de la oración. A veces nos contentamos con la misa de los fines de semana y aún, asistir a misa no es garantía de que hemos rezado. El texto de hoy se divide en dos partes: la muy pedagógica parábola del amigo importuno y las tres peticiones de un niño a sus padres.

La parábola nos encarece en la necesidad de una oración perseverante. Dios es el amigo que escucha desde dentro al más importuno de fuera. Podemos estar seguros que Él es nuestro Padre amoroso y porque así lo prometió. Y para mejor ilustrar la eficacia de la oración perseverante nos ofrece las tres peticiones que un niño judío hacia a sus padres: un pan, un pez o un huevo. “y SI Uds. que son malos saben complacer la petición de los suyos, ¿cuánto más el Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo piden?

Fuente: El Evangelio en casa Día a Día

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